Mi boca quiere pronunciar el silencio...
La belleza que algún día pensé dominaría mi espacio un buen tiempo, ha desaparecido. He usado hasta lo último que guardé y he quedado feo.
No pienso salir porque no soporto verles reír y prefiero quedarme en el baño, fumando en silencio, procurando que nadie me escuche, que me den por muerto.
No quiero sorprenderles, deben de acostumbrarse a mi partida, a mi ausencia, al continuo viaje sin retorno porque esta vez no voy a salir de casa.
Ando cambiando de color y empieza la cuenta regresiva de recuerdos, sí, de aquellos que provocan que estalle y me destruya, es que son lo único que tengo, ellos me alimentan y yo los cuido porque me han pedido que desean quedarse conmigo.
No quiero sorprenderles, deben de acostumbrarse a mi partida, a mi ausencia, al continuo viaje sin retorno porque esta vez no voy a salir de casa.
Ando cambiando de color y empieza la cuenta regresiva de recuerdos, sí, de aquellos que provocan que estalle y me destruya, es que son lo único que tengo, ellos me alimentan y yo los cuido porque me han pedido que desean quedarse conmigo.
Desde muy niño hemos aprendido a jugar los mismos juegos, en los que yo pierdo y deseo volver a enfrentarles para ganar, y vuelvo a perder. Pero son mi única compañía y el día que decidan partir, también he de tomar otro rumbo.
He vuelto a sacar mis viejas cortinas y las veo manchadas, pero me gustan. Son tan rojas aquellas manchas que presiento que el sol no querrá volver a buscarme y podré descansar tranquilo. He matado todo insecto que en algún momento fue motivación para salir a encontrarme con el mundo de nuevo.
No los quiero, me recuerdan más de un intento fallido y esta vez si vuelven a aparecer, serán los que mi cuerpo arroje cuando decida mutar, abrirme para convertirme en fragmentos que acaben en la basura y también sigan su rumbo, el inevitable destino.
La belleza que algún día pensé dominaría mi espacio por buen tiempo, empieza a oler mal y me pica por todo el cuerpo, está buscando un espacio y yo por ahora me niego a dárselo. Quiero seguir fumado y esperando, es la misma espera que me ha obligado a dejar todo, a abandonarme por completo.
La belleza que algún día pensé dominaría mi espacio por buen tiempo, empieza a oler mal y me pica por todo el cuerpo, está buscando un espacio y yo por ahora me niego a dárselo. Quiero seguir fumado y esperando, es la misma espera que me ha obligado a dejar todo, a abandonarme por completo.
El Niño